lunes, 13 de enero de 2014

Cigalas con vino blanco al horno

Vamos a por otro plato muy fácil y delicioso. Esta vez toca marisco, y del bueno: unas cigalas con vino blanco al horno. La receta es muy sencilla, pero hemos de asegurarnos que la calidad de la cigala es extraordinaria para poder disfrutarlo como se merece. Al no llevar ingredientes que nos escondan el sabor del crustáceo, una cigala insípida o de calidad media-baja nos va a estropear por completo el plato, así que ya sabéis, si estáis pensando en hacer esta receta con marisco de baja calidad, mejor dejarlo para otro momento. Allá vamos!




DIFICULTAD: Muy fácil.

TIEMPO DE PREPARACIÓN: 25 minutos.

INGREDIENTES PARA CUATRO PERSONAS:
- Unas 20 cigalas.
- Medio vaso de vino blanco.
- Un cuarto de vaso de aceite de oliva vírgen extra.
- El zumo de un limón.
- Sal gorda y laurel picado.


PREPARACIÓN:

  • Comenzamos la receta abriendo en canal las cigalas. Para ello, las situamos en una tabla dadas la vuelta (cabeza hacia abajo) y con una puntilla de cocina (un cuchillo muy afilado y acabado en punta) les hacemos un corte desde la cabeza a la cola, ayudándonos con la punta del cuchillo para romper el exoesqueleto de la cigala. Si tenemos la suerte de poder comprar cigalas vivas, al no hervirlas ni cocinarlas previamente, hay que hacerles el corte mientras el animal está vivo. Esto puede parecer un poco macabro, pero la cocina es así. El corte nos va a permitir que el sabor a vino blanco y limón impregne bien toda la carne de la cigala.
  • En un recipiente, mezclamos los ingredientes para el jugo: el vino blanco, el aceite, la sal, el limón y el laurel, que previamente habremos picado en trozos pequeñitos.
  • Colocamos las cigalas con el corte hacia arriba en una fuente de horno y vertemos por encima el jugo que hemos preparado, procurando que la carne de la cigala se impregne bien.


  • Precalentamos el horno a 180ºC y, cuando esté listo, las metemos unos 10 minutos hasta que se cocinen en su punto. El tiempo dependerá un poco de la calidad de la cigala, cuanto más grande sea, más tiempo necesitaremos, pero tened mucho cuidado, hay que dejarlas jugosas. Una cigala seca y pasada es un auténtico desperdicio.
  • Poco más, cuando las tengamos listas las sacamos a un plato y las servimos, acompañadas de una buena cantidad de jugo. La presentación de unas cigalas no es nunca nada del otro mundo, pero la potencia del sabor que tiene este plato vence a cualquier decoración. La salsa sobrante va a tener una mezcla de olores y sabores a marisco, limón y vino blanco exquisita así que si sois muy salseros (yo sí lo soy), podéis echar algo más de cantidad, porque luego untada con pan es un escándalo. Que aproveche!!



 Ya sabéis, si os gusta la receta o tenéis alguna sugerencia, dejadme un comentario. Gracias! ;)


2 comentarios:

  1. Rico, rico de verdad!!!. Con ese juguito las cigalas tiene que estar de vicio. Un besote.
    Aliño con cariño

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    Respuestas
    1. Gracias!! No es porque lo haya hecho yo... pero está de muerte! ;)

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