Si alguna vez queréis sorprender de verdad a vuestros invitados, probad a darle algo de color a una receta clásica utilizando colorantes alimentarios. A mucha gente le da respeto servir platos de colores extravagantes, pero la verdad es que da muchísimo juego. Hay varios tipos de colorantes: líquidos, en polvo, en gel... y hoy os voy a hablar de éstos últimos. Cuidado, cuando hablamos de colorantes no nos referimos al típico amarillo para la paella. Ese colorante tiene sabor, estos colorantes de los que hablamos hoy son insípidos, no aportan nada al gusto, sólo a la vista, pero ya sabemos que comemos por los ojos.
De todos los colorantes, los de gel se deben utilizar para masas y cremas, como pueden ser las mayonesas, las cremas pasteleras, la nata montada, la fondant, las masas para pizza o para tartas... Se venden en botes pequeños y cuestan unos 2 ó 3 €, pero no os engañéis, cunden mucho más de lo que parece. Con apenas una pizca (la punta de un cuchillo) tienes color para una tarta entera y, jugando con las mezclas de colores, podemos conseguir cualquier tono que nos imaginemos. Por poner un ejemplo, el otro día decidimos preparar un bollo de limón pero con colores extravagantes. Aunque el aspecto visual sea muy diferente, la receta es exactamente la misma que ya os presentamos en el blog hace unos días. Le añadimos un par de manzanas caramelizadas en el microondas y, para darle más color verde y resaltar que era de manzana, le añadimos, antes de meterlo en el horno, una pizquita de colorante verde. Pasamos la batidora por la masa para mezclar bien el color y al horno. ¿Sorprendente? Desde luego a la gente que probó el bollo si que les sorprendía!
Otro día hablaremos de los colorantes líquidos y posibles formas de usarlo. Ya sabéis, si os gusta la idea o tenéis alguna sugerencia, dejadme un comentario. Gracias! ;)
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